EL REZADOR: UNA REVELACIÓN DE LA SOCIEDAD ECUATORIANA

Por Paula Llorca

abril 29, 2023

¿Cómo se define al ecuatoriano?

Un interrogante que, en un país tan diverso (por no decir desigual), es complejo de responder a través de la aplicación generalidades. Sin embargo, hay un punto en el que las creencias de los ciudadanos se intersectan en un altísimo porcentaje: la religión. 

La sociedad ecuatoriana parece arraigarse en la fe como un recurso primordial para su existencia, y esta es la cuestión retratada en la película de Tito Jara «El Rezador».                         

La película, inspirada en un suceso real, cuenta la historia de una niña llamada Gema que presuntamente realiza milagros. La trama se desarrolla en base a un hombre, Atanasio, que ve una oportunidad financiera y crea un gran negocio a partir de las supuestas habilidades de Gema. 

El rezador | Película Crítica | Corazón codicioso, no tiene reposo

La trama puede resultar más o menos interesante para las diversas creencias religiosas, pero lo que no debería de ser ignorado de la propuesta de Jara es el contexto que aborda. La película parece ser una crítica tanto a quienes se aprovechan de la fe, como a quienes no la cuestionan.

Además, la película se desarrolla en el Quito de una población rezagada económica y socialmente, aspecto que resulta de gran importancia para comprender el por qué se posiciona a la fe como una salvación de lo que el mundo terrenal no ha otorgado.                                                                           

Así que, ¿qué nos revela El Rezador sobre Ecuador?  

Para esto, tenemos que pensar en los personajes y lo que los define. Primero Atanasio, un hombre que se da a entender que es un desclasado que debe una gran deuda, lo que lo lleva a convencer a los padres de Gema a que hagan de su hija una gran fuente lucrativa.

Parece que el personaje de Atanasio se ha elegido como quien crea el negocio porque su presunto origen de una clase más alta a comparación con el contexto que lo rodea, le ha hecho desear la prosperidad en la tierra en la que vive. El gozar de la felicidad en una siguiente vida es secundario, así que justifica la mentira hacia la fe. En cambio, la generalidad de quienes lo rodean anhelan una salvación dada por lo divino, retrato que expone que, para la sociedad rezagada de Ecuador, la esperanza ya no se encuentra en nada que puedan ver con sus propios ojos. 

El rezador

La película muestra tal absorción de la religión que, en un negocio que ofrece acercarse a la fe, importa más una posibilidad de lo divino, que el saber quién está detrás. 

De igual modo, la película simboliza a la fe como más poderoso que cualquier otro conocimiento. Por ejemplo, en el desenlace de la película, se descubre que todo el negocio es una farsa, no obstante, no se ve acompañado a esto exista una reflexión.

Tito Jara nos muestra las repercusiones de una sociedad que apacigua las mentes y de un Estado que ha fallado en potenciar un desarrollo tanto personal como colectivo.

Y hablemos de la película en sí.

Más allá de los escenarios que presenta, si hacemos un análisis de la misma, ha de decirse que pueden verse ciertas inconsistencias narrativas. A pesar de que las diferentes historias logran ligarse, existen escenas que dan la noción de quedarse a medias, rompiendo el hilo conductor y generando que envolverse en la historia resulte complejo.

De igual modo, los diálogos no se explotan a su mayor potencial, sobre todo al momento de definir a los personajes. A pesar de que la madre de Gema y Atanasio son personajes fuertes, muchas veces las razones por las que hacen lo que hacen son inconclusas.

Al poder encontrar en la obra de Jara múltiples guiños a la cultura ecuatoriana, a su sociedad y su idiosincracia, una opción más acertada habría sido acercar en mayor medida al espectador con la historia desde la construcción de los personajes. Esto debido a que este posible ejercicio de autocrítica al que incita la película no se fomenta de manera efectiva, ya que los personajes no terminan de apoyarse en la historia principal.

Ahora bien, uno de los puntos fuertes de la película es la cinematografía. Los planos y colores escogidos hacen que, visualmente, El Rezador sí que nos acerque al contexto que trata de presentar. De igual modo, el uso de luces genera el ambiente perfecto para provocar la sensación de que el misterio envuelve a la historia y que todos los personajes están ocultando algo que no revelan a plena vista. 

El rezador (2021) de Tito Jara - StyleFeelFree. SFF magazine | Cultura Contemporánea Free

En esencia, El Rezador, además de promover una reflexión sobre las consecuencias de las ideas que envuelven el país, nos deja pensando sobre lo sencillo de corromper a quien ambiciona ser algo diferente de lo que es.

De hecho, es ahí donde la película añade cierto ‘castigo’.

El protagonista de la historia, Atanasio, es quien al final termina sufriendo las mayores consecuencias. Él en un punto dice ‘en un show, el público ve la mano derecha, y con eso la entretienes. Pero la izquierda nadie la ve, y es esa con la que se puede mover los hilos a merced’. A él se lo simboliza como una ‘mano izquierda’, pero finalmente, la película lo lleva a una destrucción de su lado izquierdo.

La película de Jara nos incita a examinar que todos tenemos los ojos cerrados hacia un escenario, y ni la clase ni los recursos salvan de la ignorancia frente a las consecuencias. 

Definitivamente esta es una película que deberías ver si quieres cuestionar y deconstruir las ideas arraigadas en la sociedad ecuatoriana.

Puedes ver la película aquí.

 

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