En medio de un Ecuador marcado por el conflicto interno y la estigmatización renovada, los
tatuajes emergen como una forma de expresión cargada de significado y resistencia. En un país
donde ciertas bandas criminales han adoptado el arte corporal como un símbolo de identidad
y lealtad, la sociedad se ve enfrentada a prejuicios injustos que vinculan automáticamente a
cualquier individuo tatuado con actividades delictivas. Este proyecto fotográfico surge como
un intento de desafiar tales estigmas, explorando las narrativas personales detrás de cada
tatuaje. Desde los rincones más diversos de la sociedad ecuatoriana, busco capturar cómo el
arte en la piel se entrelaza con las realidades sociales, ofreciendo una mirada íntima sobre la
identidad, la justicia y la lucha contra la discriminación en tiempos de conflicto.
Para lograr esto, busqué a muchas personas que llevan tatuajes y que han sido blanco de
discriminación dentro de distintas realidades o clases sociales dentro de Ecuador. Aquí un poco
sobre lo que me contaron:
TAYTA (Mateo Ulloa) muestra, en tono de broma, una realidad no muy graciosa donde se
refiere a su piel trigueña como un lienzo de fortaleza y protección, mientras su arte desafía
juicios y genera diálogos. En un Ecuador donde los tatuajes son malinterpretados, Mateo se
erige como un símbolo de resistencia y expresión personal, recordándonos que detrás de cada
trazo hay una historia, un momento de vida grabado en la piel.
BULUKC (Kelly Carrasco), con su arte, transforma la piel en un lienzo de poder y resistencia,
desafiando las normas de género y las expectativas sociales. «Latina Power» lleva la fuerza y la
pasión de su herencia latina en lo más profundo de su ser. Cada trazo es un grito de orgullo, un
recordatorio de la alegría y la lucha que define su identidad. Con el corazón de la Virgen de la
Dolorosa marcado en su pecho, Kelly lleva consigo el amor, sabor y dolor de su herencia latina.
Cada trazo es un tributo a la fuerza y la devoción, un recordatorio de la pasión y la resistencia
que definen su identidad.
Guardianas de la vida (Enfermeras gineco-obstetras), Johanna Villacis desafía los estereotipos.
Para ella, los tatuajes son expresiones de gusto y alegría, no señales de juicio. En un mundo
donde la ignorancia a menudo lleva a la generalización, Johanna nos invita a ver más allá de las
apariencias y a valorar la diversidad en todas sus formas. En un campo donde su día a día es el
cuidar vidas y la integridad de los demás, sus tatuajes son símbolos de empoderamiento y
resiliencia, recordándonos que la verdadera atención médica comienza con el amor propio y la
aceptación incondicional. Entre las agujas y el estigma, Vanessa, también conocida como
Valkery Veltesta, desafía los juicios. Con su piel adornada con los símbolos zodiacales de sus
hijos, tatuajes sobre vikingos o sus gustos personales, ella desafía las normas y celebra el amor
al arte y la libre expresión. En un mundo donde la ignorancia y el miedo gobiernan, Vanessa se
erige como un símbolo de cambio y comprensión, recordándonos que detrás de cada tatuaje
hay una historia de amor, resistencia y aceptación.
En cada retrato, se revela un universo de historias ocultas entre líneas de tinta y expresiones. A
través de la lente, busco desafiar los estigmas y romper las barreras de una sociedad que juzga
a primera vista. Los tatuajes no son solo pigmentos en la piel, son testimonios de resistencia,
amor y libertad. En cada imagen, celebramos la diversidad y honramos las cicatrices que
narran nuestras experiencias más profundas. En un mundo de prejuicios, el verdadero arte
reside en la aceptación de uno mismo y de los demás.
Por otro lado, al avanzar con «Matices entre la Tinta y la Sociedad: Documentando los Tatuajes
y los Contrastes Sociales en Ecuador», busco desafiar los prejuicios hacia los tatuajes en la
sociedad ecuatoriana contemporánea, resaltando la belleza intrínseca de cada individuo más
allá de su apariencia externa. A través de retratos y tomas detalladas de tatuajes, se busca
promover la aceptación de la diversidad y generar conciencia sobre los estereotipos, invitando
a reflexionar sobre nuestras percepciones y prejuicios. Por lo tanto, expongo nuevos modelos
los cuales tienen una percepción distinta acerca del tatuaje y los estigmas que pueden
generarles a ellos en una misma sociedad.
María Clara cuenta que, a pesar de su posición social, los tatuajes que lleva como mujer la
exponen a juicios y estereotipos, especialmente en relación con su género. Reconoce su
privilegio, pero no puede ignorar el hecho de que aún enfrenta críticas. Por ende, la experiencia la ha
llevado a reflexionar sobre la complejidad de la discriminación, incluso desde una posición
relativamente privilegiada.
El esposo de Vanessa, de quien se habló anteriormente, cuenta que se encuentra fácilmente
discriminado por la sociedad. A pesar de su pasión por el arte gótico y su habilidad como
tatuador y restaurador de arte, ha enfrentado prejuicios debido a su apariencia y gustos
musicales. A través de estas experiencias, ha llegado a comprender la injusticia de juzgar a los
demás por su apariencia física, recordando constantemente la importancia de valorar a las
personas por sus habilidades y carácter, en lugar de superficialidades.
Jonathan Pinto tiene tatuado en su brazo un versículo bíblico que dice: «De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» (2
Corintios 5:17). Este versículo retrata cómo su vida cambió luego de dejar su problema con el
alcohol y aprender danza andina, lo cual lo expone en el centro histórico bailando y
preservando la cultura misma del cual se siente orgulloso de representar con algo que le gusta
hacer y exponer a los demás. Jonathan cuenta que aunque hay muchas personas o autoridades
que lo han juzgado por sus tatuajes, él entiende que no todo el mundo puede catalogarse
como delincuente o miembro de una pandilla. Comprende y comparte que el mundo del
tatuaje es un arte muy bello que plasma lo que más nos identifica en la piel.
Cristian Silva de Bogotá explica que como viajero y punk, ha experimentado muchos desafíos
en su búsqueda por conocer Latinoamérica a los 40 años. Consciente de los estigmas asociados
con su comunidad, que a menudo se vinculan con el arte, la música, el alcohol y las drogas, ha
enfrentado dificultades en el camino como en toda su vida. Sin embargo, puede decir con
gratitud que los quiteños y los ecuatorianos en general han sido acogedores y nunca le han
negado comida ni alojamiento. Además, menciona que las únicas personas que lo han juzgado
por su tribu y tatuajes han sido de parte de su familia. Pero entiende que este estigma es muy
arraigado a la sociedad y de a poco puede ir cambiando mientras él sigue viajando y
aprovechando su vida como más le gusta, buscando conocer América Latina completamente
como su objetivo personal.
Este proyecto fotográfico es más que una simple documentación de tatuajes; es un testimonio
vivo de las complejidades de la identidad, la justicia y la lucha contra la discriminación en
tiempos de conflicto. A través de las historias de aquellos que han compartido sus
experiencias, hemos sido testigos de la capacidad transformadora del arte corporal para
desafiar los estereotipos y promover la aceptación de la diversidad. Pero este proyecto y
registro fotográfico continúa buscando llegar a muchas mas personas para conocer muchas
realidades como sea posible. Por ahora nos queda la tarea de reflexionar sobre nuestras
propias percepciones y prejuicios hacia aquellos que eligen expresarse a través del tatuaje.
¿Estamos dispuestos a mirar más allá de las apariencias y valorar a las personas por lo que son
en su esencia, en lugar de juzgarlas por su apariencia externa?
En un mundo lleno de prejuicios, los tatuajes nos recuerdan que nuestras cicatrices son
testigos de nuestras experiencias más profundas, y que cada trazo en la piel es una declaración
de resistencia, amor y libertad. Sigamos celebrando la diversidad y honrando las historias que
yacen detrás de cada obra de arte, recordando siempre que la verdadera belleza reside en la
autenticidad y la aceptación mutua.
Escrito por: William Cruz @sucio.bandido
Deja una respuesta